
"La Palabra escuchada y acogida, alimenta en nosotros la fe en la mente, transformando nuestros criterios hasta llegar a tener 'la mente de Cristo'; despierta la fe en el corazón hasta llegar a 'tener entre nosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús'; y nos impulsa a la fe en la acción, conscientes de que son bienaventurados aquellos que 'oyendo la palabra la ponen en práctica'", dijo D. Luis Fernando; y concluyó: "la Virgen María es el modelo de escucha, y respuesta a la Palabra de Dios".
Tomado de Mariaguia.com